miércoles, 20 de noviembre de 2013

Una piedra menos

No lo entiendo, sinceramente no lo entiendo. ¿Será que somos masoquistas desde que nacemos o es que le cogemos el gusto al dolor a medida que vamos creciendo? Al parecer el ser humano es el único capaz de tropezar con la misma piedra una y otra vez, es como si no quisiéramos darnos cuenta que entre más nos tropecemos contra esa piedra más profunda se hace la herida. 
No somos capaces de ver las consecuencias de tropezar con lo mismo una ves sí y otra también. ¿Será que de verdad somos tan tontos como para no darnos cuenta?
No, no puedo aceptar eso. Nos damos cuenta que la piedra está en el mismo sitio y que vamos de cabeza hacia ella, pero lo que realmente nos pasa es que creemos que la piedra a base de golpes esta tomando la forma que nosotros queremos...¿es de verdad así?¿de verdad podemos darle la forma que queramos? es poco probable que consigamos eso sin desperdiciar toda nuestra vida en ello e incluso puede que no lo consigamos. 
Deberíamos ser capaces de mirar la famosa piedra desde otra perspectiva, desde otro ángulo, desde donde nos demos cuento que no esta cambiando de forma...sino que a cada golpe se esta haciendo más y más puntiaguda, y cada vez llegara más profundo, hasta que llegue el momento en el que no seremos capaces de sacar esa piedra.
Sé que suena muy fácil decir todo esto, se que parece muy fácil cambiar el ángulo desde donde miramos cada uno de nosotros, pero no es así. No todos tenemos las mismas piedras en el camino, unas son más puntiagudas que otras y a cada cual será peor... pero lo que realmente sé, es que no quiero que mi piedra se me clave hasta el punto de no poder moverla, hasta el punto en el que no vea otra cosa que esa dichosa piedra...sea como sea, me quitaré esa piedra de mi camino para poder seguir avanzando y recorrer todo el camino que me queda por delante. ¿Alguién más va a conseguir quitar su piedra del camino?¿O prefieren seguir aferrándose a ella sin ninguna esperanza?

No hay comentarios: