
Me gustaría volver a ser esa niña que no sabía nada el mundo, que no conocía lo malas que pueden ser las personas, que no sabía nada de engaños ni mentiras. Me gustaría ser esa niña que se refugiaba en una pequeña burbuja con sus muñecas y que cuando sentía miedo, iba corriendo al lado de su madre y se acurrucaba en su brazo, y cuando ella pasaba el brazo al rededor ya no sentía miedo ninguno, estaba segura en sus brazos. Sin embargo queramos o no queramos... crecemos, nos hacemos mayores y nos empezamos a dar cuenta de como es el mundo en realidad, empezamos a descubrir los engaños y mentiras poco a poco, los descubrimos o por las buenas o por las malas. Nos damos cuenta de como pueden llegar a ser las personas, nos hacen daño e incluso somos los causantes del daño. Todo lo vamos aprendiendo poco a poco. Queramos o no queramos lo aprenderemos igualmente pues en eso consiste vivir, aprender cosas buenas y cosas malas, ya que sino conociéramos las malas no apreciaríamos de verdad las buenas y no las disfrutaríamos como lo hacemos.
Tenemos que aprender a dejar de mirar las cosas malas y recordarlas continuamente como si fueran algo que no pudiéramos llegar a superar nunca, sin embargo, lo único que tenemos que hacer para dejarlas atrás es darles un poco de tiempo y nada más pues la vida seguirá adelante y nosotros somos los que tenemos la opción de seguir adelante con ella o quedarnos estancados en un error que al fin y al cabo solo fue eso, un simple error que terminarás olvidando y que los demás también olvidaran.
Lo que tenemos que hacer es disfrutar! seguir adelante, dejar el pasado allí, donde tiene que estar: atrás. Tenemos que aprovechar las oportunidades que se nos presentan día a día que aunque no las queramos ver, están ahí, esperando a que las uses. Y si te arrepientes de una decisión pues mala suerte, no es el fin del mundo, por lo menos no te arrepentirás de lo que pudo pasar, no, sabrás exactamente lo que paso y listo. Tenemos que disfrutar la vida día a día pues no volveremos a ser esos niños pequeños que se acurrucaban en los brazos de sus madres, ahora es nuestro turno de crecer, aprender, equivocarnos, acertar, es nuestro turno de vivir.
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