sábado, 3 de septiembre de 2011

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Estábamos como siempre sentados en el césped, sin embargo hoy no era como todos los días, algo había cambiado... no sabía si él también podía sentir lo mismo o si solo era fruto de mi imaginación. Desde aquella noche en la que se tuvo que quedar en mi casa porque había tormenta, nos quedamos como tantas otras noches, los dos juntos, hablando hasta las tantas de madrugada, viendo películas o riéndonos de cualquier cosa. Pero esa noche no fue como todas las demás, quizás me hubiera gustado que hubiese sido como las otras, quizás no, pero no se puede volver el tiempo atrás y aunque se pusiese... no lo haría, porque si de algo me di cuenta cuando me estabas abrazando por la noche... es de que no quería que ese momento se terminara nunca, quería seguir así por mucho tiempo.
Después de estar tanto tiempo callada, me cogiste de la barbilla y me preguntaste:
-¿Qué te pasa?
-Nada...- te mentí de la forma más descarada posible, se dio cuenta en cuanto abrí la boca.
-Sé que me estas mintiendo.... dime que te pasa... por favor...-Me lo dijo con ese tono de voz, con el que siempre conseguía que hiciera lo que él quería, sin embargo ¿cómo le iba a decir lo que me pasaba? eso lo podría cambiar todo.
-....-no le dije nada, me quede callada, mirándolo.
-¿Te voy a tener que decir yo lo que te pasa?Sabes que lo puedo hacer solo con mirarte...- me amenazó de la forma más tierna posible, pero yo sabía que me lo estaba diciendo de verdad, y lo peor es que sabía que tenía razón.
-No me pasa nada, en serio...- le dije bajando la cabeza y esperando que lo dejara correr, mis esperanzas fueron en vano, pues me dijo:
-Bueno... tu lo has querido- me cogió la cara y me la levanto para poder ver bien mi expresión, yo estaba tan nerviosa que me puse a mirar a todas partes- estas más nerviosa que de costumbre, casi no hablas.... estás sonrojada... y tienes un brillo especial en los ojos....- de repente se quedo callado, no dijo nada más, entonces asustada, pensando en que ya había averiguando lo que me pasaba, alce la vista y ahora era él el que tenía los ojos hacía abajo, parecía triste... me preocupe y le dije:
-¿Estas bien?-Estuvo sin responderme un rato, hasta que me miro a los ojos.... en los suyos había tristeza ''oh, ya se dio cuenta'' fue lo que pensé.
-Tu....- tardo en encontrar las palabras- tu... te has...- no podía terminar la frase..
-¿Yo me he que..?- le dije, con la voz llena de confianza, una confianza que seguro que no tenía en esos momentos.
-Te has.... enamorado-lo dijo como si fuera una acusación, no dije nada, el tono en el que me lo dijo me dolió
-....-no era capaz de pronunciar palabra alguna,¿esa iba a ser su respuesta?¿un rechazo?¿así sin más?
-... le conozco?- me quede mirándolo,¿se estaba riendo de mi?¿cómo que si le conocía?
-¿cómo...?- fue lo único que se me ocurrió decirle.
-Ya sabes... que si conozco al chico del que te has enamorado- me lo volvió a decir, mirando atentamente mi reacción, algo vio que cuando hablo estaba casi enfadado, no lo podía entender- vaya... así que si lo conozco- me dijo con voz contenida.
Me empezó a nombrar a todos los amigos que teníamos en común, preguntándome cual de todos ellos era, yo simplemente lo miraba, con cara de pocos amigos y cada vez enfadandome más,¿me estaba preguntando eso en serio?¿ de verdad no se había dado cuenta?. Después de que se le acabaran los nombres, su expresión era de contradicción, y muy serio me miro y me dijo:
-Ya no tenemos más amigos en común... te he nombrado a todos, así que me estas mintiendo o...- de repente se quedo callado, simplemente me miro, a los ojos, leyendo lo que le estaba intentando decir desde el principio, no dijo nada, simplemente me miraba, me empece a poner más y más nerviosa, ¿ya se había dado cuenta de que era él?¿qué iba a pasar ahora?, después de un silencio que se me hizo eterno, me cogió las manos y me dijo con voz suave, dulce y llena de alegría
-O del que te has enamorado..... soy yo.- no le dije nada, solo lo miraba y sentía que mis mejillas se ponían más y más roja a cada momento. Él también me miraba, se sorprendió ver como apartaba la mirada y como mis mejillas relucían de la forma en la que nunca lo habían hecho.
El silencio se prolongo, y tuve que mirarlo para saber lo que pensaba. Tenía los ojos iluminados por la sorpresa, tenía la sonrisa más dulce en la cara y él también se había sonrojado..¿se supone que eso es bueno o malo? No lo sabía, pero imaginé que malo no era, pero aún así seguí sin decir nada.
Entonces cuando nuestras miradas se encontraron. vi en su cara la resolución, había tomado una decisión, pero yo todavía no sabía cual era.
Soltó una de mis manos, y en ese momento pensé lo peor pero solo la soltó para poder acariciarme la cara, mi corazón empezó a latir a mil por hora, y sin previo aviso, en cuestión de un solo instante, me besó, me besó de la forma más dulce y más tierna, me besó de una forma en la que nunca nadie me había besado, con dulzura pero también con fiereza, y eso, eso me encantó. No me podía imaginar nada mejor que eso, es que simplemente no lo había.
Deslizó sus labios hacía mi oído y me dijo, susurrándome y poniéndome toda la piel de gallina:
-Te quiero pequeña.

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